07/06/2016 EL VIGÍA

Los principales directivos del transporte y la logística se muestran pesimistas a la hora de dar por zanjada la crisis económica y de pensar en la recuperación. El sentir es generalizado: las peores etapas de la recesión han pasado, sí, pero todavía es prematuro para considerar una recuperación consolidada. Las empresas del sector valoran la mejoría de algunos aspectos económicos, pero reconocen que contar con una tasa de paro del 21% es un lastre que impide dar por finalizada la crisis. Por otro lado, los buenos resultados con los que concluyó 2015 a nivel de actividad se han ralentizado en el primer trimestre del año. A ello, se suma un elevado nivel de incertidumbre en el mercado nacional, debido a la situación política, y un sentimiento de vulnerabilidad ante cualquier imprevisto, interno o externo.

La crisis ha aportado aspectos positivos, como reconoce desde el comité de dirección de Rhenus Logistics Iberia, Íñigo Aldecoa, que destaca mejoras importantes en productividad y las cifras de exportaciones de más del 30% del PIB. También una reducción de los beneficios. “La tibia recuperación de la economía mundial ha sido a costa de los márgenes y eso no es sostenible sin un mercado en crecimiento, que no hemos recuperado”, apunta el director de Höegh Autoliners en España, Iñaki Echeverría.

Precisamente, ése es otro de los grandes obstáculos con los que se encuentra el sector empresarial: los mercados todavía no han recuperado la confianza ni transmiten estabilidad. Una mejoría sí, pero ésta es frágil en cuanto a su posible duración. La crisis, demasiado larga y dura a nivel social, ha consolidado una recesión en el consumo interno que, de momento, no ha cambiado.

La situación de vulnerabilidad de la economía española lleva a los directivos a no descartar una caída. Iñaki Echeverría, por ejemplo, manifiesta “serias dudas” de que el sector del transporte marítimo no esté alcanzando otra crisis. “El consumo privado sigue muy bajo, todos extremamos la cautela por lo que pueda pasar, los niveles salariales y de endeudamiento ya no son lo que eran y, aunque el consumo se recupera, no termina de despegar. Hay crecimiento, sí, pero muy moderado, sin alegría. Para consolidar la recuperación se necesitaría un poco más”, reconoce.

Todas estas cuestiones, así como los ámbitos concretos de cada actividad empresarial y los mercados donde operen, llevan, como detalla el director de UECC Ibérica, Agustín Fernández, a una ralentización en el desarrollo, respaldada por la falta de estabilidad política y por la prudencia generalizada de los inversiones. A ello se suman factores como la gran volatilidad de los costes operativos, nuevas normativas sectoriales o el tipo de cambio euro-dólar.

Macroeconomía vs realidad
Aunque algunas cifras macroeconómicas indican que la crisis afronta su fase final, los directivos coinciden en que aún es pronto. “Algunos datos siguen sin ser buenos, como el índice de paro, y otros parecen que un mes suben y al siguiente bajan, sin marcar una constante, como es el caso del IPC. Además de la incertidumbre política, que no está ayudando a que la situación termine de definirse”, argumenta el director general de Gefco en España, Julián Navarro.

Su homólogo en Kuehne Nagel, Miguel Ambielle, recuerda que, aunque se prevén crecimientos del PIB en torno al 3% para 2016 y 2017, la tasa del 21% de paro y los importantes desequilibrios económicos y sociales muestran otra realidad. “Aunque 2015 fue un buen ejercicio en volúmenes y resultados, este año está costando más”, confiesa Ambielle. Coincide con su análisis el consejero delegado de Translipul, Antonio Amarillo, que advierte que la recuperación vendrá con la capacidad de adaptación de las empresas a la situación continuamente cambiante de los mercados.

“Los dos motores de la recuperación, la inversión y el consumo, evolucionan lentamente y existen, además, factores adicionales de inestabilidad”, añade el consejero delegado de ID Logistics, Javier Echenique. El directivo considera que 2016 será un año de transición, ya que, debido al elevado grado de incertidumbre, “el mercado tiene un índice de confianza bajo y es difícil que se recupere a corto plazo”.

Vulnerabilidad y cautela
La volatilidad, la incertidumbre y la vulnerabilidad son los tres pilares que mantienen al sector en estado de prudencia absoluta. El director de Ceva Logistics, Marco Galbusera, lo explica así: “Aún vemos altibajos en el contexto económico y mientras algunos sectores mantienen un crecimiento relativamente estable, otros crecen con fluctuaciones y los hay que se mantienen estancados. En todos los ámbitos permanece la preocupación por una nueva recesión”.

En cualquier caso, los directivos coinciden en que lo peor de la crisis ha pasado. El consejero delegado de DB Schenker Iberia, Lluís Gay, se muestra optimista: “Poco a poco, se está volviendo a la senda del crecimiento”. No obstante, reconoce que aún es pronto para su consolidación, porque el mercado está muy debilitado y necesita de más tiempo para alcanzar su plena recuperación.

Decisiones empresariales
La situación política tampoco ayuda a recuperar y a afianzar la confianza en el sistema económico. El presidente de Acotral, Borja de Torres, recuerda que se necesitan grandes cambios estructurales que se han quedado a medias y están provocando un estancamiento de asuntos clave. “Esperar la recuperación sin tomar decisiones en las empresas es como esperar un milagro. Es el momento de pelear por ser más competitivos, flexibles y ofrecer servicios de calidad”, asegura.

En cualquier caso, parece que la senda hacia la recuperación está emprendida. El director de Alfil Logistics, Jaume Bonavia, se muestra optimista. “Los clientes quieren ampliar su gama de servicios y lanzan tenders que pueden contribuir a extender aún más nuestra cuota de mercado”. El directivo recuerda que todavía queda mucho por recorrer, aunque la trayectoria actual es ascendente. Finalmente, desde XPO Logistics Iberia, el director general del área de Supply Chain, Rui Marques, concluye: “Mantener la recuperación de los indicadores económicos continuará siendo esencial, pero también fomentar una apuesta global por la innovación que nos permita crecer e incrementar la competitividad de nuestras empresas, aumentar la exportación y la participación en mercados extranjeros”.