08/06/2016 DIARIO DEL PUERTO

Los trenes de mercancías de 750 metros podrán circular con carácter general en España a partir de este mes. Así se lo confirmó recientemente el Adif a los operadores ferroviarios, aunque por el momento se desconoce la fecha exacta de la entrada en vigor de la autorización.

La entrada en vigor de la autorización se hizo pública ayer durante la celebración de una jornada sobre servicios ferroviarios celebrada en el stand que el puerto de Barcelona tiene en el Salón Internacional de la Logística y de la Manutención (SIL). Sin embargo, algunos de los operadores ferroviarios privados presentes en la conferencia pusieron en duda que la medida entre en vigor durante este mes y añadieron que existen dificultades para llevarla a la práctica porque en muchas líneas los trenes de mercancías de esta longitud no pueden circular por razones técnicas, como la inexistencia de apartaderos capaces de darles cabida.

Frontera de Europa
El transporte de mercancías en ferrocarril tiene serios problemas tanto en España como en Europa y así lo destacaron ayer algunos de los operadores, como Miguel Ángel Dombriz, de FGC Cargo, quien se mostró muy categórico al asegurar que «las últimas fronteras en Europa están en el ferrocarril de mercancías». Para el responsable de carga de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya, el auténtico problema es que «no hay una verdadera red ferroviaria europea» y los operadores privados tienen auténticas dificultades para poner en marcha servicios.

Una de estas dificultades es «la escasez de material», como destacó José Antonio Sebastián, de Transitia Rail. «Hace falta más material rodante y que sea más versátil, necesitamos más locomotoras con sistemas de señalización operativos tanto para España como para Francia. La gran dificultad es la indisponibilidad de material», aseguró Sebastián.

Precisamente, Transitia Rail, la última compañía en lograr la licencia de operador ferroviario, ha puesto en marcha un plan estratégico 2016-2018 que incluye, entre otros aspectos, el desarrollo de nuevos servicios y la incorporación, antes de final de año, de una nueva locomotora, que se sumará a las dos que tienen actualmente, así como la compra de nuevos vagones.

La compañía ha lanzado hace escasos dos meses un servicio de trenes entre Zaragoza y el puerto de Barcelona. «Somos el último operador en llegar, pero poco a poco nos vamos consolidando en el mercado», concluyó el representante de Transitia.

Cooperación básica
Para que el ferrocarril de mercancías funcione es imprescindible la colaboración con las empresas de transporte por carretera y el compromiso de los cargadores de apostar por el modo ferroviario. En este aspecto coincidieron la práctica totalidad de los operadores ferroviarios participantes en la jornada.

Respecto a la colaboración de la carretera y el ferrocarril, un ejemplo de éxito es el de VIIA, empresa que apuesta por el desarrollo de autopistas ferroviarias en las que los camiones se suben al tren. Miguel de Sanjuan, responsable de Desarrollo de VIIA, subrayó que «cuando el ferrocarril se acerca a la realidad del mercado, ofreciendo un servicio sin barreras, el mercado lo utiliza». Por tanto, «no se trata de un problema de demanda, es un problema de oferta», remarcó.

Para De Sanjuan, «el sistema colaborativo es básico». El mercado «pide el tipo de servicios que estamos poniendo en marcha», aseguró el representante de VIIA y avanzó que además de la VIIA Britannica inaugurada hace un par de meses, la compañía tiene «grandes proyectos para desarrollar con el puerto de Barcelona».

Sobre la necesidad de incorporar más la carretera al ferrocarril también habló Julián Mata, director general de Renfe Intermodal, quien aseguró que uno de los problemas para el despegue de la intermodalidad «son los diferentes interlocutores para que el ferrocarril funcione». Según Mata, «en la multimodalidad el tren supone únicamente el 48% del coste que se traslada al cliente». El resto corresponden a acarreos, grúas y otros servicios.

Mata también subrayó que los operadores ferroviarios «no podemos poner más trenes si no hay un compromiso de colaboración por parte de la carretera» y habló de «ineficiencias» en las terminales, acarreos, etcétera.

En la jornada ferroviaria organizada por el puerto de Barcelona también participaron Pau Filella, director general de Comsa; Miguel Ángel Ferrer, de Transfesa, y Mario Buñuel, director general de Continental Rail.