Fomento recuerda que España deberá afrontar las 44 toneladas para ganar competitividad

21/09/2016 EL VIGÍA

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“Nadie pone en duda la importancia del sector del transporte por carretera en la competitividad global del país, pero todavía hay oportunidades potenciales de mejora”. Así de rotundo se manifestó el director general de Transporte Terrestre del ministerio de Fomento, Joaquín del Moral, en la clausura de la jornada de presentación del estudio de la cátedra Amelio Ochoa “La competitividad del sector del transporte de mercancías por carretera en España”. Durante su intervención, tras destacar el papel del sector tanto en la economía en general como en el reparto modal en particular, Del Moral puso en valor la acogida que están teniendo los megatrucks y recordó la necesidad de debatir, de una manera abierta y tranquila, sobre las 44 toneladas. “En algún momento, habrá que abordar las 44 toneladas, porque los países de nuestro entorno ya las han aprobado y España se está convirtiendo en una isla en este sentido”, indicó Del Moral.

El director general aseguró que es consciente de la debilidad que, para el sector del transporte, supondría introducir una medida así en España, pero también insistió en la necesidad de continuar dotando de eficiencia a este ámbito de actividad. Por ello, defendió que, cuando se produzca, el debate debe ser “sosegado”, con vistas al futuro del sector y en el que participen la Administración, los cargadores y los transportistas.

“Hay oportunidades potenciales de mejorar la competitividad del sector”, afirmó Joaquín del Moral. Entre ellas, más allá del aumento de la capacidad de los vehículos, destacó el obstáculo que supone la puesta en marcha de la Euroviñeta en distintos países de Europa, las distorsiones en el mercado español debidas a los desequilibrios entre la figura del autónomo y del empresario tradicional, la atomización del sector, la formación o la disparidad normativa proliferante entre los distintos países de la Unión Europea.

Durante el encuentro, organizado por la Fundación Francisco Corell, se presentó el estudio de la cátedra Amelio Ochoa “La competitividad del transporte de mercancías por carretera en España”, elaborado por Transyt, el centro de investigación del transporte de la Universidad Politécnica de Madrid. Dicho estudio, firmado por José Manuel Vassallo, Javier de las Heras y Félix Martín, argumenta y contrasta con datos el impacto del sector en la competitividad global de la economía española, además de su repercusión en materia social y de empleo.

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El catedrático de Planificación del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid, José Manuel Vassallo, durante la presentación del estudio elaborado por Transyt para la cátedra Amelio Ochoa.

El informe reconoce que, para lograr unos niveles de mejora óptimos en la competitividad del transporte por carretera, los poderes públicos y los agentes sociales deben centrarse en cuatro factores, que son: la estructura de las empresas del sector, el marco de competencia, el ordenamiento legislativo social y fiscal y la inversión en infraestructuras. De hecho, la principal conclusión del estudio es que la actual atomización del sector obedece a dos razones: a la existencia de diferentes regímenes fiscales y a la facilidad de entrada en el sector con un pequeño volumen de vehículos y capacidad económica y técnica por empresa. El estudio apunta que se hace necesaria una armonización europea, nacional e incluso autonómica de la regulación de los pesos y dimensiones de los vehículos. En este sentido, añade la necesidad de adecuar las infraestructuras a las necesidades técnicas y de seguridad para el rodaje de nuevos perfiles de vehículos.

En las conclusiones relacionadas con el ordenamiento legislativo que requiere el sector, el estudio destaca, como un obstáculo al desarrollo del mismo, la existencia de diferentes regímenes de cotización a la Seguridad Social y Hacienda (autónomos, personal dependiente, etc) que afectan de forma importante a los costes de personal y al tamaño de la empresa, condicionando el modelo elegido para operar en el mercado. A este factor de distorsión, se le une la existencia de más de 50 convenios provinciales, con más de un 104% de diferencia entre una provincia y otra, y niveles de dietas en España muy superiores a los de otros países de nuestro entorno.

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Un instante de la exposición Javier de las Heras, uno de los autores del estudio de Transyt presentado este martes en Madrid.

La solución, según concluye el estudio, es que, sin que la competitividad del sector se vea significativamente afectada, se reduzcan las diferencias, igualando los convenios de menor nivel a otros de mayor nivel sectorial y también a la inversa. “Esta solución, que puede considerarse como utópica o de difícil aplicación, pasaría por la potenciación de los convenios de empresa, que reflejarían las posibilidades reales de cada organización, de acuerdo con su situación económico-financiera y posición competitiva en el mercado”, apunta el estudio. Los autores también proponen acercar los diferentes niveles de costes derivados de las condiciones sociales en el Régimen General de la Seguridad Social y el Régimen de Autónomos, reduciendo los del régimen general e incrementando el de los autónomos.

Respecto a los costes fiscales, de los datos del estudio se desprende que, partiendo de que el sector cubre, a través de la imposición que soporta, los costes externos que genera y el uso de las infraestructuras que utiliza, “existe un margen para la mejoría de la competitividad a través del coste del combustible”, ya que, a pesar de que en España se encuentran los niveles más bajos de imposición a los hidrocarburos de Europa, el sector soporta unos costes más elevados en el resto de componentes del precio del combustible.

Finalmente, se recuerda que el trazado, pendientes y estado de los firmes afecta de forma directa tanto a la reducción de distancias, consumos y tiempos entre los centros de producción y consumo. Así, se pone el foco en la existencia de fomentar las áreas de servicio y descanso, siempre que dispongan de una correcta ubicación, capacidad suficiente y un compromiso de seguridad para los conductores, los vehículos y las mercancías.

Tras todas estas conclusiones, los autores del estudio recomiendan el impulso de medidas y políticas tendentes a incrementar el tamaño de las empresas, a la armonización europea y nacional de los pesos y dimensiones de las flotas, la reducción de los costes de rodaje de los vehículos y el mantenimiento y mejora de las infraestructuras.

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