26/10/2016 ABC
Los 13.000 kilómetros que recorre la nueva ruta de la seda para unir la ciudad china de Yiwu con Madrid están plagados de retos. Atravesar ocho países (con sus respectivos ocho maquinistas), climas adversos, tensiones geopolíticas o la burocracia son algunos de ellos. Dos años después de que se lanzara el proyecto, las empresas españolas se resisten a subirse al tren más largo del mundo para abrirse paso en el mercado asiático. Y sin embargo, el ferrocarril realiza el camino a Madrid cargado de productos chinos.
Las compañías chinas sí parecen haber descubierto el potencial del nuevo trayecto. El tren de la ruta de la seda ha transportado hasta el momento 6.000 contenedores, de los que 5.600 son de productos chinos y tan solo 400 españoles. Supone una proporción de quince a uno. Para analizar las causas de esta desproporción, El Real Instituto Elcano y la Fundación para el Intercambio entre Yiwu y España organizaron esta semana una mesa redonda llamada «España y la nueva ruta de la seda: Cómo aprovechar el tren Madrid-Yiwu».
¿Cuáles son las causas de la escasa presencia española en el tren? Mao Wenjin, presidente de la Fundación para el Intercambio Yiwu y España, opinó que esta circunstancia se debe al «desconocimiento» de algunas empresas y la «falta de comunicación» que todavía existe entre ambas culturas, que han impedido difundir las ventajas de esta iniciativa. En esta misma línea se mostró Chen Yuming, consejero económico de China en España, que explicó que «el transporte por ferrocarril es más económico que el avión y más rápido que el barco. También se reducen los tiempos. Actualmente la ruta de la seda tarda entre 17 y 19 días».
Existen otras fortalezas que, según los datos, se desconocen de la conexión Madrid-Yiwu. Mario Esteban, investigador principal del Real Instituto Elcano para Asia-Pacífico, destacó la «seguridad» que aporta transportar productos por ferrocarril y el «canal verde para pymes españolas» que supone esta vía de transporte. Esteban también coincidió en que muchas empresas españolas tienen un gran desconocimiento de la ruta, que «es flexible y permite la carga y descarga en las ciudades que recorre».
Según el investigador de Elcano, este tipo de transporte puede adquirir especial atractivo para las compañías españolas que no necesiten un transporte tan rápido como puede ser el avión, ya que «permite una relación entre coste y tiempo muy interesante». En su opinión, es necesario comprender el valor que posee la ruta de la seda en el sector logístico y el potencial que tiene el proyecto para convertirse en un transporte eficaz a China a medio plazo.
Inditex se lo piensa
Javier Serra, consejero económico de España en China, por su parte, se centró en los ámbitos en los que el trayecto cuenta con posibilidades de mejora. «La climatología es difícil de soportar para determinados productos, por lo que habría que impulsar distintos sistemas de climatización. Además, los embargos producidos en Rusia de productos europeos añaden inestabilidad a la ruta. Por último, es necesario mejorar los tiempos de salida y de entrega», explicó.
En este último aspecto es en el que se extendió más el único representante empresarial de la mesa. Carlos Parga, director adjunto de Inditex, reconoció que su compañía se está planteando utilizar la ruta de la seda, pero necesita más agilidad: «Reducir los tiempos de tránsito es clave. El tren es una alternativa de transporte que se puede combinar con el barco y el avión, pero para utilizarlo debería situarse en unos doce días de trayecto».
Impulsar la homogeneización aduanera, reducir las dificultades técnicas de las vías o equiparar la burocracia de ambos países fueron otras de las posibles medidas a tomar para agiliza el desarrollo del tren. La ruta de la seda tiene muchos desafíos a lo largo de sus 13.000 kilómetros, pero al otro lado espera un mercado en expansión. La ciudad de Yiwu, que con 75.000 tiendas ha sido acreditado por el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas como el mayor mercado mayorista del mundo, se encuentra a una parada de España.