De la Serna afronta la conformación de su equipo con el hándicap de los retos pendientes

18/11/2016 DIARIO DEL PUERTO

Hoy se espera que el Consejo de Ministros comience a despejar la incógnita del núcleo de máximos responsables que conformará el equipo de trabajo de Íñigo de la Serna al frente de las secretarías, direcciones y presidencias de los distintos departamentos que conforman el Grupo Fomento.

18-11-2016-de-la-serna-afronta-la-conformacion-de-su-equipo-con-el-handicap-de-los-retos-pendientesSobre la mesa están los importantes retos y escollos pendientes en los distintos departamentos, una cuestión que fuentes sectoriales consideran que va a ser decisiva a la hora de determinar la continuidad o la renovación de los actuales responsables.

Lo cierto es que en todo departamento ministerial siempre hay problemas que resolver y cuestiones que tratar pero las fuentes coinciden en la singularidad de los asuntos que en estos momentos están pendientes, sin olvidar que no ha habido un cambio de signo político en el Gobierno y que, además, existe el riesgo de que la legislatura sea breve y que, si se quiere ser ágil y pragmático, no haya demasiado tiempo para que nuevos responsables puedan conocer en profundidad los temas y formarse un criterio de las soluciones.

Muy significativa ha sido, en este sentido, la primera decisión del nuevo ministro de Fomento de confirmar a Julio Gómez-Pomar como secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, una muestra de confianza y de continuidad que se espera también alcance a otros cargos.

En esta misma línea, distintas fuentes consultadas por este Diario apuntan a la posibilidad de que igualmente también sea confirmado en su puesto el secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño.

En cambio, y dentro de este mismo escalón, los rumores en el Ministerio sí señalan al relevo de Carmen Librero al frente de la secretaría general de Transportes, en una búsqueda de un perfil más dinámico y próximo al sector.

De esta Secretaría ahora mismo dependen, entre otras, las Direcciones Generales de Transporte Terrestre y de Marina Mercante.

Con respecto a Transporte Terrestre, existe confianza generalizada en que Joaquín del Moral seguirá al mando de la política de transporte por carretera y transporte ferroviario. Vienen curvas con el tema del acceso al mercado, los pesos y dimensiones, el ROTT e incluso en el tema de las concesiones de transporte de viajeros, amén de la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros. No parece idóneo cambiar sobre todo en el caso de Del Moral, con una interlocución muy sólida a nivel sectorial.

Con respecto a Marina Mercante, sí que se espera el relevo de Rafael Rodríguez Valero, toda vez que este habría manifestado su voluntad de no continuar, como así lo ha expresado a gente de su entorno. Perteneciente al círculo más próximo de la exministra de Fomento, la salida de ésta con destino al Congreso le ha liberado de cualquier compromiso de continuidad.

Organismos públicos
Por lo que respecta a los entes públicos, las distintas fuentes sectoriales consultadas, a nivel ministerial y sectorial, apuntan, en primer lugar, al relevo casi seguro de Gonzalo Ferre al frente de Adif. Las graves problemas financieros y de deuda, las cuestiones internas de procedimiento, los graves conflictos con las constructoras por los modificados y los retrasos en los plazos de ejecución convierten al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias en una silla caliente que, en su caso, requiere de un golpe de timón.

En segundo lugar, se considera como muy probable la continuidad de José Llorca al frente del Organismo Público Puertos del Estado (OPPE). Sobre la mesa está la acuciante reforma de la estiba y se considera esencial contar con un profundo conocedor de la materia que pueda desenvolverse con seguridad en todos los escenarios que se pueden generar en la negociación.

Por lo que respecta a las presidencias de Renfe y a AENA, son dos casos muy distintos. En el caso del gestor aeroportuario, el éxito total en su gestión financiera debería garantizar la continuidad de José Manuel Vargas, aunque aquí la cuestión es saber si Vargas quiere continuar una vez saneada la compañía.

En cuanto a Renfe, la seguridad con la que Pablo Vázquez decidió en las últimas semanas reestructurar toda la cúpula de Renfe Mercancías invita a pensar en un intento desesperado de última hora por transmitir capacidad de gestión y que todo está bajo control en el departamento que ahora mismo es el agujero negro de la entidad, donde además tiene que haber aún más movimientos de cara a la liberalización de los viajeros, ahora mismo ya rentables para Renfe aunque se desconoce la verdadera sostenibilidad de la estructura en un futuro mercado abierto.

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