22/03/2018 AEUTRANSMER
Sostenibilidad y rentabilidad son dos argumentos de peso para plantearse una colaboración entre empresas cargadoras en materia de transporte de mercancías, tal y como se puso de manifiesto ayer en la Jornada sobre “Logística colaborativa” organizada por UNO.
Pedro Gil, responsable de transporte de El Corte Inglés, explicó que dentro de la política de mejora continua que aplican a sus procesos, se encuentra el descenso en el ratio de kilómetros en vacío. A lo largo de 2017 su empresa ha logrado reducir 350.000 kilómetros con el consiguiente aumento de la rentabilidad y la disminución de la huella de carbono. Para continuar trabajando en este objetivo, tienen abiertas múltiples vías de colaboración con cargadores y operadores logísticos.
Todos los asistentes coincidieron en que el motivo principal por el que fracasan los proyectos de colaboración es la falta de confianza. Sin este requisito, es imposible que se articulen unos procedimientos en los que los participantes deben intercambiar datos que se pueden considerar sensibles, como son ventas, previsiones, capacidades de producción / almacenamiento / transporte, etc. Así pues, una colaboración fructífera se basa en el desarrollo de la confianza mutua o, en palabras de Pedro Gil, “la colaboración empieza por uno mismo”.
La necesidad de satisfacer los diferentes intereses logísticos no está exenta de dificultades. Por ejemplo, hay cargadores que tienen una periodicidad fija para sus envíos que responde a una demanda constante mientras que, para otros, la planificación es muy complicada debido a que la demanda fluctúa mucho y muy rápidamente. Este el caso de Mango tal y como expuso su Director de Transportes, Francisco Fernández.
Encontrar el partner adecuado, diseñar un desarrollo que debe ser “a medida”, integrar los sistemas informáticos, etc., hace que las colaboraciones sean complejas aunque los resultados merezcan la pena. Cualquier optimización que desemboque en un ahorro de costes supone claramente una ventaja competitiva y, en este caso, también un beneficio medioambiental.
Si hablamos de distribución capilar, los cargadores estamos abocados a implantar estas vías de colaboración para dar respuesta a las exigencias de los ayuntamientos para la mejora de la calidad del aire y la racionalización del uso del espacio público. Solo de esta manera se podrá evitar que sean las administraciones quienes impongan una logística que no satisfaga las necesidades de nuestros clientes.
Llevado a cifras, la experiencia que se ha desarrollado en Bélgica entre Pepsico y Nestlé en colaboración con el operador Logístico de temperatura controlada STEF, sitúa los ahorros en costes de transporte entre el 8% y el 10%.
Como conclusión, los cargadores debemos explorar estas vías de colaboración, y no solo para la mejora en los costes del transporte, sino también para dar respuesta a los retos que vienen de la mano de la reducción de la huella de carbono, la nueva logística omnicanal, o la distribución urbana de mercancías.