25/05/2018 DIARIO DEL PUERTO

El gasóleo no ha perdido ni un ápice de su peso decisivo en el transporte de mercancías por carretera, si bien, en los últimos años, la debilidad sectorial por la crisis y una coyuntura de precios bajos han hecho que aparentemente pierda protagonismo. No obstante, en las últimas semanas el precio del gasóleo está acelerando en una escalada que renueva el tradicional papel del coste del combustible como clara amenaza para la rentabilidad de las empresas de transporte, eso sí, en un contexto de cambio de paradigma pues el futuro claramente será de las nuevas fuentes de energía renovables.

Antes de que llegue este momento, el presente sigue siendo rehén del diésel y su evolución en los últimos meses despierta una lógica preocupación.
De acuerdo con el informe semanal que emite la Comisión Europea, este lunes en España, el precio medio del gasóleo A de automoción se situó en los 1,227 euros por litro, nivel que no se superaba desde diciembre de 2014.

Desde que tocara fondo en enero de 2016, el precio del gasóleo ha venido creciendo de forma progresiva, para acelerar de manera notable en las últimas semanas.
En concreto, en la semana del 25 de enero de 2016 el gasóleo cayó en España hasta los 0,909 euros el litro. Por tanto, el incremento en el precio desde entonces hasta el pasado lunes ha sido del 35%.

En su evolución, hay que destacar que en enero de 2017 el gasóleo alcanzó los 1,136 euros/litro para luego caer en la primera semana de julio a 1,039 euros, último retroceso hasta iniciar la actual e ininterrumpida escalada con un crecimiento en diez meses del 18%.

Tomando como referencia el precio semanal, el crecimiento en lo que va de año del precio del gasóleo hasta el pasado lunes ha sido del 7%.

El crecimiento del precio medio en abril con respecto al precio medio de mayo fue del 2,7%, mientras que sólo en lo que llevamos de mayo el precio medio semanal se ha incrementado un 3,7%.

La clave de este crecimiento es obviamente la escalada de precios en la que ha entrado el precio del barril de petróleo.
El crecimiento interanual es del 53% si hablamos de petróleo brent y desde comienzos de año el incremento acumulado es del 20,74%.

En las últimas semanas los analistas apuntaban a la posibilidad de que para el verano el barril de petróleo brent alcanzara la cotización de los 80 dólares. No obstante, ese nivel ya se ha sobrepasado estos días en momentos puntuales y, en cualquier caso, a lo largo de toda esta semana el barril ha cerrado por encima de los 79 dólares.
En este sentido, parece que las previsiones que hablan de un techo de 82,5 dólares/barril de cara a las próximas semanas puede quedarse muy corto y llegarse incluso a superarse los 85 dólares.

Un factor decisivo está siendo la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán. Esto supone recuperar las sanciones y amenaza con la posibilidad de que hasta 2019 haya una reducción de la producción de petróleo de entre 200.000 y 1 millón de barriles, con su correspondiente impacto en la oferta y en el precio.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que ahora mismo no hay correspondencia entre lo que van a ser restricciones en el ámbito de la producción y la alta oferta en el mercado de refino ante lo ya producido, lo cual puede llevar a que el crecimiento del precio se modere.

A nivel del sector del transporte de mercancías por carretera, el problema del gasóleo, como bien es conocido, no es en sí mismo su incremento, sino la dificultad para su traslación a los costes.

Frente a épocas pasadas, las famosas cláusulas de adecuación de los precios de transporte a la variación del precio del combustible han tenido en los últimos años una apreciable implantación. En cualquier caso, la brecha entre costes y precios sigue siendo elevada en el sector, de ahí la inevitable preocupación que despierta esta nueva escalada del precio del combustible.

A la espera de conocer los datos del primer trimestre y tomando como referencia 2017, el año pasado los precios del transporte crecieron un 1,39% y, en cambio, el incremento de los costes fue del orden del 1,8%, evidenciando que la debilidad del sector en este ámbito sigue latente.