05/06/2018 DIARIO DEL PUERTO

El transporte de mercancías por ferrocarril ha contado en España en los últimos veinte años con tantos planes estratégicos como ministros ha habido al frente del departamento de Fomento. Poco o nada debería alarmar en este sentido un nuevo cambio de Gobierno, si bien la necesidad imperiosa de mejora de su competitividad que tiene el sector sigue llevando a pensar que, una vez más, el relevo se produce en el peor momento posible.

En el caso del actual equipo de Fomento en funciones, su apuesta por el ferrocarril se explicitó a finales del año pasado en un Plan de Impulso que ahora queda en cuestionamiento con todas y cada una de sus medidas ya en marcha.

El referido plan incluía el nuevo Plan de Gestión de Renfe Mercancías que, más allá del objetivo de lograr números positivos, incluía medidas de carácter estratégico ahora amenazadas ante el que sería el enésimo bandazo en la gestión del operador.

En los últimos años se ha pasado de segregar el operador en distintas empresas especializadas a volver a integrarlas para después apostarse por dar entrada a un socio logístico, idea que hubo que dejar en suspenso ante las elecciones de 2016.

El proyecto se retomó en el citado Plan de Gestión y a finales de 2017 se lanzó el concurso de asistencia técnica para pilotar la entrada de dicho nuevo socio logístico, presentándose tres candidaturas, que ahora verán cómo se paraliza la adjudicación hasta que el nuevo Gobierno tome una decisión que no se descarta que sea aparcar el proyecto.

Lo mismo podemos decir del plan de inversión en nuevo material rodante para Renfe Mercancías. Hablamos de la compra de 45 nuevas locomotoras, que iban a ser licitadas este mismo año y que, de momento, van a tener que esperar.

Lo mismo que las autopistas ferroviarias, también integradas en el citado Plan de Impulso y a las que el equipo de Fomento saliente dio un gran impulso codo con codo con Francia culminando la primera manifestación de interés para proveedores de material y lanzando la segunda manifestación de interés para operadores, ésta todavía en curso.

Si el cambio de Gobierno en Francia retrasó precisamente el lanzamiento de esta segunda manifestación, lo mismo va a pasar a partir de ahora en el caso de España, con el reto por delante de pasar de la teoría a la práctica y lanzar unos proyectos que veremos si ahora pueden ver la luz antes de que acabe la legislatura.

Otros proyectos en materia ferroviaria de mercancías como las ayudas para incentivar el uso del ferrocarril, también van a pasar desde ya a la nevera a la espera de los nuevos responsables de Fomento.