Los estibadores portugueses convocan 24 horas de huelga para el próximo 27 de julio

17/07/2018 EL VIGÍA

El Sindicato Nacional dos Estivadores, Trabalhadores do Tráfego, Conferentes Marítimos e Outros, organización que representa a los trabajadores de los puertos portugueses de Lisboa, Setúbal, Sines, Figueira da Foz, ha convocado una jornada de huelga de 24 horas para el próximo 27 de julio, a partir de las 8 de la mañana.

Según el sindicato convocante, “el paro involucra a todos los trabajadores portuarios efectivos y también a aquellos que tengan un vínculo contractual de trabajo portuario de duración limitada, cuyos empleadores o usuarios sean ETP o compañías de estiba en actividad en dichos puertos, y afecta a todas y cada una de las operaciones de carga o descarga, o el simple movimiento de mercancías, en el barco o fuera del mismo, que se lleven a cabo en la zona de la zona de la jurisdicción de cada puerto, independientemente de la entidad responsable de las operaciones y cualquiera que sea la condición contractual de los respectivos trabajadores”.

La huelga se extenderá durante el período de 24 horas, a contar desde las 8:00 del 27 de julio de 2018 a las 8:00 del 28 de julio.

El sindicato denuncia la “creciente proliferación de prácticas antisindicales en los distintos puertos portugueses, que son extremadamente graves en el puerto de Leixões”. “Las compañías portuarias en estos puertos, que en muchos casos son concomitantes con los sindicatos locales, lideran e inducen una serie de conductas que constituyen diferentes tipos de acoso, desde la persecución a la coacción, desde el soborno a la discriminación, desde amenazas de despido hasta chantaje. Un comportamiento criminal que busca no solo enfrentar a los trabajadores unos contra otros, sino también evitar que se organicen de manera libre y consciente”.

Además, entre otras cosas, denuncia la precariedad de la mano de obra portuaria, la ausencia de una formación profesional adecuada y, “en consecuencia, el aumento brutal de las tasas de accidentes, una realidad que pone en riesgo no solo a los propios trabajadores, sino también a todo el conjunto de trabajadores portuarios, equipos, instalaciones e incluso buques y tripulaciones implicados”.

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