21/01/2019 DIARIO DEL PUERTO

Señor Morón, el modelo de estiba que ha estado vigente en España en estos años, ¿ayudó al crecimiento de Algeciras, lo perjudicó, lo limitó?

Yo diría que no le ha perjudicado. Ha habido muchas tensiones, cierto, pero por ejemplo Maersk ha crecido al máximo. ¿Cómo veo yo lo que ha pasado recientemente? La clave está en la reforma, que ahí sí que nos ha perjudicado porque se hizo de una forma que ha soliviantado al personal y ahí sí ha habido daños porque las huelgas hacen que pierdas fiabilidad. Ante un colectivo que la propia ley le obliga a ser monopolista, es la ley la que crea ese monstruo y ahora se le echa la culpa a ellos porque su salario es alto, porque hacen de su capa un sayo… Pero si les has protegido por ley. Y ahora de la noche a la mañana, sin negociación a última hora, sin tener en cuenta que hay unos derechos adquiridos y por decreto ley, se intenta cambiar el estatus. Eso chirría. El expresidente Llorca me decía: “Para hacer una tortilla hay que romper los huevos”, y yo respondía: “Te equivocas de menú”. Aquí se hicieron las cosas sin tener en cuenta que no se podía alterar la paz social y que la única manera de lograrlo era y es con negociación. Y no olvidemos que a las empresas les ha interesado mucho más la paz social que el encarecimiento de los costes.

De cara al futuro cómo ve el tema de la automatización de las terminales, ante la fuerte oposición de los estibadores. Algeciras tiene la doble experiencia de una terminal tradicional puntera y, a la vez, la de una terminal semiautomatizada.

Aquí la automatización se aceptó muy bien por parte de la estiba y ha supuesto una reducción importante de los operarios en las manos.

La automatización total no ha dado, según tengo entendido, los resultados esperados de momento, sobre todo en términos de productividad.

En nuestro caso, ahora mismo pasar de una terminal como la actual de Maersk a una totalmente automática yo creo que es un paso arriesgado.