Grandes retos de la transición hacia una movilidad limpia en el transporte por carretera

19/03/2019 TRANSCAMIÓN

Con un 27%, el sector del transporte se ha convertido en la mayor fuente de CO2, superando al sector energético y aumentando el problema que supone la contaminación. La transición hacia una movilidad limpia requiere un enfoque sistémico, y ésta no tendrá éxito sin cambios importantes en las tecnologías utilizadas para propulsar los vehículos.

En términos de eficiencia, los avances en los motores diésel reducirán significativamente el gasto europeo en petróleo, del cual alrededor del 89% se importa del extranjero; asimismo, la introducción gradual de sistemas de propulsión eléctricos y de hidrógeno reducirá aún más los costes de importación de energía. Si bien estos cambios tecnológicos aumentarán los costes iniciales de capital para los transportistas, éstos se compensarán rápidamente con un menor gasto en gasóleo, lo que reducirá el coste global de los servicios de transporte de mercancías por carretera.

Según el estudio Trucking into a Greener Future, los camiones BEV (vehículos de batería eléctrica) tendrán un costo competitivo con los camiones diésel, sobre la base del Costo Total de Propiedad (TCO), antes de 2030, si los costos de las baterías continúan cayendo tal como se había previsto. Los camiones FCEV (coches de pila de combustible) seguirán siendo más caros que los sistemas eléctricos a batería hasta el año 2050, pero pueden tener aplicaciones específicas (larga distancia). Los vehículos que utilizan sistemas ERS (sistema de recuperación de energía) tienen el TCO más bajo para las rutas en las que tales sistemas están disponibles. Los BEVs o PHEVs (coches híbridos enchufables) son al menos igual de baratos de operar usando sistemas ERS, con el TCO más bajo de todos los 5 años.

Son cuatro los retos grandes retos: el aumento del precio de compra de los vehículos, la necesidad de que los responsables políticos elaboren normas de tarificación a escala de la UE, la necesidad de una inversión importante en infraestructuras de tarificación rápida y el aumento de la carga de la red eléctrica en determinados momentos del día y en determinados lugares.

El principal de los impactos económicos será el aumento de la inversión en bienes de capital: el cambio hacia camiones diésel eficientes, vehículos que utilizan sistemas de carreteras eléctricas, BEVs y FCEVs, aumentará la inversión en tecnología de automoción y generará valor añadido para Europa. El segundo gran impacto económico es una eficiencia en todo el sistema de transporte por carretera, debido a motores diésel mejorados, más híbridos e intrínsecamente más eficientes. El tercer impacto económico es el paso del petróleo, que se importa desde el exterior de Europa, hacia la electricidad y el hidrógeno, que son en gran medida nacionales.

También es relevante considerar el impacto de esta transición en el empleo. Según Eurostat, la extracción petróleo crea de 4 a 6 puestos de trabajo por millón de euros de valor añadido; en el extremo contrario se encuentra el sector de la construcción, creando 27 puestos de trabajo por millón de euros de valor añadido. Existe asimismo una tendencia subyacente hacia una creciente automatización de la industria automotriz, lo que reduce el número de puestos de trabajo, independientemente de la transición con bajas emisiones de carbono.

Las conclusiones de este estudio podrían resumirse así: Por un lado, se ha descubierto que la transición a las energías renovables fortalecerá la posición de Europa en el ámbito económico, con ligeros aumentos tanto del PIB neto como del empleo neto. Por el otro lado, y a modo de contrapunto, deben señalarse también los desafíos que supondrá ésta transición, como la necesaria modernización de las redes de distribución y la creación de empleos de calidad en la producción de la
tecnologías del futuro.

Las gráficas que se muestran a continuación han sido extraídas del estudio reseñado; en ellas pueden apreciarse con mayor exactitud y concreción los datos:

Traducción: Los avances en los paquetes de baterías y otros componentes eléctricos ya pueden permitir que los vehículos comerciales urbanos de corta distancia se conviertan en eléctricos enchufables, similares a los de los automóviles. En este escenario, los BEVs emergen como la tecnología dominante en el segmento de MHGV y HHGV.

Traducción: La tecnología de las pilas de combustible de hidrógeno podría ser especialmente útil para los ciclos de trabajo de larga distancia. También puede ser una solución potencial para aplicaciones como camiones de reparto suburbanos, camiones de transporte y autobuses de enlace donde se necesita flexibilidad y largo alcance.

Traducción: Los vehículos eléctricos a batería con catenaria aérea o carga en carretera pueden permitir el transporte eléctrico de mercancías sin emisiones en y alrededor de corredores de mercancías muy transitados.

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