09/04/2019 PUERTOS Y NAVIERAS
El sueño italiano del presidente chino Xi Jinping se está materializando con la firma de 29 acuerdos y un memorándum para incluir a los puertos italianos en la nueva Ruta de la Seda. La elección de Italia, que no ha gustado ni a Bruselas ni a Washington, no es casualidad, ya que está cargada de un fuerte simbolismo histórico.
El proyecto chino para establecer una nueva Ruta de la Seda sigue avanzando. Tras la suma de Portugal a estas conexiones, ahora ha sido el Primer Ministro italiano, Giuseppe Conte, quien ha recibido en su país al presidente chino, Xi Jinping, y ha rubricado con él un total de 29 acuerdos económicos. Con esta firma, cuenta politicaexterior.com, Italia se convierte en el primer país del G7 que se suma a la nueva red comercial en la que China planea invertir un billón de dólares a lo largo de 30 años.
Esta gran inversión por parte del gigante asiático es posible gracias a que, desde 1987, China ha multiplicado por 35 su PIB, lo que ha llevado a muchas empresas a invertir fuera de sus fronteras, a veces en puertos europeos como el de Pireo, el más grande de Grecia, cuyo 51% ya está en manos chinas. De esta forma, añade el medio, Italia confía en que las inversiones de una potencia económica de tal calibre ayuden a aumentar la competitividad de los puertos italianos, como los de Génova o Palermo, y les devuelvan el esplendor comercial que tuvieron hace siglos.
Esta decisión de Italia de aliarse con China no ha gustado ni en Bruselas ni en Washington; de hecho, el presidente francés, Emmanuel Macron, ya ha advertido que la Unión Europea no puede ser ingenua ante los movimientos del gigante asiático, al que acusa de querer convertir a los países europeos en «vasallos», añade el medio.
Y es que este ambicioso proyecto geoestratégico de China, que tiene como objetivo crear una red logística y de conexiones intercontinental, no está siendo vista con buenos ojos a nivel internacional. Y es precisamente esa reacción de los organismos internacionales lo que está convirtiendo al acuerdo entre Pekín y Roma en una victoria para Xi Jinping. Según detallan desde La Vanguardia, esta inversión le ha salido rentable a China, que con solo invertir el 0,75% de su PIB ya ha logrado poner en guardia a la Unión Europea al completo y a Estados Unidos.
Pese a que Italia no es el único país que se une a la Ruta de la Seda, sí es, posiblemente, el más importante para China. Tal y como desvela Bloomberg, la alianza con Roma está cargada de simbolismo histórico para los chinos, ya que Italia fue, durante siglos, el centro europeo de producción y comercio de seda. Por lo tanto, la firma de los 29 acuerdos y el memorándum de adhesión no es un movimiento meramente económico o estratégico, también es una reafirmación de la identidad nacional de China como país representativo de la civilización oriental que, en esta ocasión, establece vínculos con el que fue, durante siglos, el eje de la cultura y la civilización occidental.