04/06/2019 ABC

La creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China ha avivado el temor a la desaceleración económica. Prueba de ello es el hundimiento del precio del petróleo en las últimas semanas por las perspectivas de una menor demanda de crudo. La cotización del barril de Brent, de referencia en Europa, cerró ayer la sesión a 61,28 dólares (-4,95%), su nivel más bajo desde mediados del pasado febrero.

El precio del petróleo mantenía una tendencia alcista desde finales del pasado año, cuando cayó a casi 50 dólares, y escaló el pasado abril a 74,57 dólares, empujado por las restricciones a la producción impuestas por la OPEP y las tensiones geopolíticas. Sin embargo, desde entonces su cotización ha iniciado una senda bajista que se ha intensificado en el último medio mes: la semana pasada cayó un 6% y casi un 5% la anterior.

Aunque los analistas esperan más la volatilidad en torno al precio del petróleo, el crudo barato es una buena noticia para la economía de países como España, que importa casi todo el crudo que consume. El año pasado, por ejemplo, compró 67,57 millones de toneladas, nuevo récord histórico.

Esto supuso una factura para el país de 33.728 millones de euros. El propio Gobierno calcula en su Programa de Estabilidad enviado a la Comisión Europea, en el que estima un precio medio para 2019 de 68,9 dólares por barril, que un encarecimiento del crudo de 10 dólares respecto a ese escenario base podría restar 0,5 puntos porcentuales al Producto Interior Bruto (PIB) al final de cuatro años.