25/06/2019 CdS

El siglo XXI es sinónimo de evolución y de progreso, el caldo de cultivo perfecto para que se ponga en marcha la maquinaria de la innovación y la digitalización en un sector de tanta importancia para la economía actual como el transporte y la logística.

La irrupción de la tecnología en los procesos, ha traído consigo un incremento de la automatización, que está transformando la industria y el papel que juega el ser humano, tal y como lo hemos conocido hasta ahora, en un proceso que resulta a estas alturas imparable.

La llegada de la conducción autónoma y una apuesta firme por la conectividad, dan buena muestra de esta transformación ‘disruptiva’, en definitiva de un cambio de modelo en el transporte por carretera, un sector siempre bajo presión.

Los operadores tratan de sobrevivir a los numerosos cambios normativos que se les imponen desde los organismos nacionales y europeos, buscando al mismo tiempo maximizar la rentabilidad de sus operaciones.

Al mismo tiempo, en el ámbito logístico, el clásico almacén de producto en estanterías ha dado paso a nuevos conceptos de almacenamiento inteligente, en el que la gestión de “los datos” en búsqueda de información, se configura como el nuevo paradigma de lo que ha dado en llamarse la ‘Industria 4.0’ o industria conectada.

El sector apuesta ahora por plataformas mucho más evolucionadas, en las que los operarios han visto mejorar sustancialmente su trabajo diario con la incorporación de nuevas tecnologías que mejoran la productividad y la eficiencia.

A nivel de organización empresarial, el futuro habla de cooperación y concentración. Los actores de los diferentes mercados tratan de sumar fuerzas para alcanzar un mayor peso en el mercado, ya sea en ámbitos como el del transporte marítimo, el de carretera o el de las redes de distribución logística.

Las fusiones, adquisiciones y alianzas se han convertido en un elemento clave en la búsqueda de sinergias, para comprender la realidad del sector, donde los más grandes tratan de ganar cuota de mercado, mientras que los más pequeños luchan por mantener su posición intentando no perder del todo su independencia y su proximidad como seña de identidad.

En los próximos años, se avecina una transformación todavía mayor, impulsada por la llegada del blockchain, el Big Data y la Inteligencia Artificial, que promoverán cambios en todos los actores del mercado, pero fomentarán también un entorno mucho más colaborativo y abierto.