25/07/2019 EL VIGÍA
La revolución 4.0 no ha hecho más que empezar. El sector de la intralogística atraviesa un momento crucial de transformación con el avance de las innovaciones tecnológicas que abanderan la cuarta revolución industrial. Y lo hace impulsado por una sensación de urgencia al constatar que las empresas que no sean capaces de adaptar su logística interna a este nuevo escenario pondrán en riesgo su competitividad. “El negocio de la intralogística está experimentando importantes avances tecnológicos vinculados no solo a la automatización de los procesos, sino dando un paso más allá hacia la intralogística 4.0”, señala Nerea Torres, consejera delegada de Siemens PPAL España.
Así, poco a poco, los tradicionales almacenes se están convirtiendo en naves logísticas inteligentes, donde cada vez es más común encontrar a robots conviviendo con drones, nuevos sistemas de picking y almacenamiento automático, impresión 3D, inteligencia artificial, vehículos guiado automático, big data, exoesqueletos, realidad aumentada y tecnología de la identificación. Estos nuevos espacios autónomos y totalmente interconectados permitirán responder a los requerimientos de un cliente cada vez más exigente y, al mismo tiempo, mejorar aspectos como la seguridad, la ergonomía y la eficiencia energética. “Productos, mercancías, máquinas, herramientas, almacenes y vehículos estarán conectados entre sí y trabajarán de forma autónoma, creando redes donde la división entre la información y lo físico se disipará, con el gigantesco potencial que esto representa, lo que constituirá la cuarta revolución industrial”, comenta Javier Escobar, experto en almacenes y distribución física y ponente del curso de Almacén 4.0 de Induing.
“Este será el reto en los próximos diez años: lograr una supply chain hiperconectada a nivel global”, apunta, por su parte, el responsable de formación y consultoría en FPL Logística, José Carlos Gisbert, que constata esta creciente disposición de las empresas por invertir en intralogística, lo que supone un importante factor de valor añadido. “Se nota un interés y necesidad interna por asumir los cambios tecnológicos y han aumentado las consultas referentes a la implantación de tecnologías y software”, afirma. Sin embargo, el experto lamenta las barreras con las que se encuentran las pymes a la hora de abordar esta transformación. “Su evolución intralogística no ha sido muy llamativa, ya sea por falta de cultura, recursos o por el alto coste tecnológico”, indica Gisbert.
Una solución para cada necesidad
Si bien hasta hace unos años los clientes reclamaban un sistema de almacenaje estándar, ahora demandan soluciones adaptadas e integradas a su negocio. Además, se solicitan soluciones intralogísticas cada vez más innovadoras y preparadas para el futuro con el objetivo de satisfacer las exigencias derivadas de las megatendencias actuales –como el auge del e-commerce, la personalización masiva de productos o la sostenibilidad– y de responder a la tendencia reinante de almacenar menos y distribuir más, y de forma más frecuente y eficiente. “Recorridos cortos, procesos ágiles y flujos de material rápidos que se adapten con flexibilidad a la producción y la expedición: en la intralogística impera el mandamiento de la eficacia absoluta”, sostienen desde Krones.
Así lo observan también desde Grupo Moinsa, que consideran que en este nuevo contexto de entregas inteligentes y ultrrápidas juega un papel especialmente determinante la automatización para agilizar toda la cadena. “Hablamos de sistemas de transporte y clasificación que permiten reducir tiempos, pero también de almacenamiento, que multiplican espacios disponibles, especialmente ahora que el suelo es cada vez más limitado y caro”, apuntan desde la compañía. Además, destacan la importancia de contar con un software de gestión de almacenes para mejorar los procesos y operaciones.
Para el responsable de FPL Logística, las soluciones más innovadoras que existen a día de hoy en el mercado son las de gestión del almacenaje configuradas con sistemas autónomos tipo AGV, los almacenes robotizados del tipo Amazon Robotics o el uso de la tecnología RFID. El experto subraya especialmente el impacto del e-commerce en la intralogística, provocando que se vea más tensada debido a las exigencias de tiempos y servicio de este modelo. “De ahí que fabricantes y proveedores aporten soluciones cada vez más automatizadas, integradas o integrables en todo tipo de software de gestión: EROP, SAP, SGA, es decir, soluciones muy flexibles y poderosas, integrables con cada parte de la cadena de suministro”, anota Gisbert. A su juicio, uno de los principales desafíos que afronta el sector intralogístico es el ahorro de costes. “Es una de las áreas de la empresa que más recursos de todo tipo consume y un generador de costes que tienen que ser controlados en cada proceso y sin perder el servicio al cliente”. Por ello, entiende que los fabricantes y proveedores de soluciones de intralogística tienen que diseñar y vender productos enfocados en reducir los costes y mejorar el servicio.
Invertir en formación
Desde el sector son conscientes de la necesidad de adaptar el talento a la cuarta revolución industrial. Y para ello, la formación es clave. “En estos casos debe prevalecer la formación enfocada en cambiar la cultura de la empresa y su capacidad de asumir los cambios, digitalizaciones, robotizaciones y demás; que prepara a la plantilla para salir de su zona de confort y trabajar con nuevas tecnologías y nuevas maneras de hacer las cosas”, indica Gisbert. En su opinión, esta formación tiene que realizarse a todos los niveles y no centrarse solo en los directivos y mandos intermedios.
El mercado de las carretillas cerró 2018 con cifras récord. Según los últimos datos publicados por la Asociación de Empresas Distribuidoras de Equipos de Manutención (Medea), el año pasado se vendieron 31.143 unidades, lo que representa un incremento del 8,9% respecto al ejercicio anterior. Pese a que el crecimiento se ha ralentizado en el último año, las estadísticas constatan que el sector acumula ya cinco años de aumentos ininterrumpidos. De hecho, las ventas de carretillas han crecido a un ritmo de tres dígitos si se compara con 2011, ejercicio en el que se comercializaron 13.185 unidades. “Las ventas han alcanzado el nivel precrisis y, a partir de ahora, cabe esperar una ralentización del crecimiento o incluso un ligero ajuste negativo”, apunta el presidente de Medea, Félix Estébanez. En su opinión, “el mercado ha alcanzado un nivel de madurez muy importante, tanto en la compra como en el alquiler”.
Por tipología, los resultados continúan mostrando una mayor preferencia de las compañías por las gamas de interior para afrontar una mayor especialización de las tareas a mayor altura. En concreto, las ventas de este tipo de carretillas se incrementaron un 5% en el último año, con 20.250 unidades contabilizadas. Por su parte, aunque el volumen de carretillas contrapesadas es muy inferior, con 10.893 unidades registradas en 2018, su evolución resulta todavía más positiva, con un crecimiento de las ventas del 16,7%. En este apartado, las contrapesadas eléctricas acumulan un crecimiento del 14% (7.963) y la gama térmica, de casi el 24%, con 2.930.
Por otra parte, los expertos esperan un incremento en el uso del GLP/GNC o el hidrógeno en las carretillas térmicas en detrimento del diésel. “Aunque el diésel sigue siendo predominante, se va a extinguir y se sustituirá por otros combustibles, como el GLP, el hidrógeno o las carretillas eléctricas, dentro de las cuales la tendencia será el litio o las baterías. De todas formas, falta por ver todavía qué alternativa será la que se impondrá”, apunta Juan Pablo Viniegra, secretario general de la Asociación de Empresas de Carretillas Elevadoras. Además, los expertos reclaman más acción por parte de las autoridades para favorecer la sustitución de las flotas, lo cual requiere de una fuerte inversión. Entre otras tendencias, el directivo considera que durante los próximos años seguirán coexistiendo tanto los sistemas automatizados como los tradicionales en las naves logísticas. “Las grandes logísticas caminan hacia la automatización, pero en algunas naves la penetración de vehículos automatizados costará mucho”, afirma Viniegra.