Reino Unido quiere aplicar nuevos aranceles a la agroalimentación y automoción

01/07/2020 REVISTA TRANSPORTE AL DÍA

La pandemia de COVID-19 no es el mejor contexto para definir las condiciones del Brexit. La crisis económica dibuja un escenario complicado en el que Reino Unido está ejerciendo una cierta posición de fuerza a la hora de formalizar las claves de su relación con la Unión Europea tras su salida de la misma. De hecho, Eduardo Barrachina, presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido, ha alertado del plan del Gobierno de Boris Johnson de imponer impuestos más severos a la importación de ciertos productos.

Uno de los grandes objetivos de los representantes de Reino Unido en las negociaciones del Brexit es definir nuevos impuestos a productos provenientes de la Unión Europea. Se espera que esta propuesta quede recogida en el documento de negociación con Bruselas con el que concluir el proceso del Brexit. En este aspecto, España sería uno de los países que saldrían peor parados, ya que Reino Unido gravaría de forma mucho más dura la importación de productos agroalimentarios y relacionados con la industria del automóvil.

Según informa el representante español, la propuesta del Reino Unido dibujará un gravamen de entre un 4 y un 8% para los bienes agroalimentarios, mientras que los componentes de la industria del automóvil se gravarían hasta en un 10%. Sin duda, un duro contratiempo para las exportaciones españolas a Reino Unido, ya que España tiene una industria agroalimentaria de primer nivel y es uno de los fabricantes de vehículos más importantes de toda Europa, lo que al final se traduce en un importante volumen de exportaciones a Reino Unido.

En este aspecto, Eduardo Barrachina avisa que el Brexit afectará a las empresas exportadoras, incluso si hay un acuerdo ‘amistoso’. De hecho, el representante español cree que habrá todo tipo de fricciones, incluso dentro de un acuerdo de libre comercio, porque existirán barreras no arancelarias a modo de formularios, certificados y otros requisitos administrativos, así como el propio gravamen de los productos. Todos estos requisitos impondrán una nueva realidad en el sector transporte y de la logística, así como a la actividad comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea.

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