17/07/2019 REVISTA TRANSPORTE PROFESIONAL
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha reclamado a España que mejore la eficiencia de su sistema tributario. Para ello, le ha dado una serie de recomendaciones, alguna de ellas, con especial incidencia en el transporte: la subida de los impuestos a los combustibles, con el fin de reflejar mejor el coste medioambiental de las emisiones contaminantes.
Las conclusiones que sobre España recoge el informe bianual de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) coloca a España en la difícil tesitura de seguir sus recomendaciones y, así, lograr el equilibrio presupuestario y fiscal, u optar por hacer caso omiso y seguir teniendo dificultades a la hora de cuadrar los ingresos que percibe por los impuestos que cobra al consumo, IRPF, cotizaciones, etc. Por primera vez, el informe incluye un capítulo al llamado «crecimiento verde», un modo de reflejar las externalidades de» unas emisiones contaminantes que dañan el medio ambiente y, por tanto, el crecimiento económico», según la organización.
Aunque la OCDE considera que España está dentro de la media de los países que la componen en niveles de CO2 y en calidad del aire, también cree que su posición debería mejorarse, al comprobar que nuestro país es de los que menos recauda por tributos verdes. El Gobierno de Pedro Sánchez tenía previsto hacer una equiparación parcial del combustible diésel con la gasolina, dejando fuera a los transportistas. Sin embargo, al no haber acuerdo para firmar los presupuestos, el tema no llego a fin.
La fiscalidad en España está, según los expertos, muy enfocada en los impuestos al trabajo (IRPF y cotizaciones), así como diversas exenciones y deducciones que «erosionan la capacidad recaudatoria». Por eso, el organismo internacional insta a España a recortar las cotizaciones para los trabajadores con sueldos bajos y contratos fijos. Por otro lado, considera correcto que el Ministerio de Hacienda haya puesto en marcha el Sistema Inmediato de Información para recaudar el IVA de las grandes empresas, una de las herramientas que le permite rastrear bolsas de fraude.
España tiene una distancia importante en PIB per cápita respecto a los países más ricos del grupo, debido a que nuestra productividad es menor y el paro, mayor
España, según la OCDE
Las reformas llevadas a cabo por el Gobierno español han sido, según este organismo, «limitadas». Pese a que se han seguido aprobando medidas para intentar reincorporar a los parados al mercado laboral, la aplicación de estas medidas se está haciendo esperar. Según la OCDE, «se debería hacer más en este área, sobre todo, para ayudar a los parados de larga duración». La institución cree que España debería mejorar la innovación de la economía, porque «se justifica por el débil crecimiento de la productividad y el declive sustancial del gasto en innovación» recoge el documento.
El problema, según la OCDE, es que España tiene una distancia importante en PIB per cápita respecto a los países más ricos del grupo, debido a que nuestra productividad es menor y el paro, mayor. Además, la desigualdad de ingresos ha aumentado desde 2007 y continúa por encima de la media de la OCDE, debido, en parte, «al elevado desempleo y a la caída de ingresos en los hogares de rentas bajas».
Para ello, da una serie de recomendaciones: «la productividad se puede mejorar mediante el desplazamiento de los impuestos hacia aquellas figuras que lastran menos la actividad, mejorar la competencia, reforzar los resultados educativos y mejorar la innovación. También hay que mejorar la movilidad laboral y el acceso a la Formación Profesional, ya que reduciría las desigualdades del mercado de trabajo e impulsaría profesiones tan necesarias como imprescindibles. Lo mejor es subir impuestos indirectos y verdes y bajar IRPF y cotizaciones».
Respecto a la formación, la OCDE también recomienda «mejorar la enseñanza en la universidad y el aprendizaje con prácticas de trabajo. La formación profesional debe continuar modernizándose. El modelo de Formación Profesional Dual (que combina estudios con trabajo) tiene que potenciarse. Y los empleadores deberían tener una mayor participación en formar a los estudiantes y diseñar los contenidos que se imparten».
En cuanto a las inversiones en I+D (bajas, en su opinión, en España), la OCDE defiende que se refuerce su presencia: que los fondos se destinen menos a préstamos y más a subvenciones directas basadas en resultados y que se coordinen las políticas nacionales de las comunidades. Para ello, se fija en las universidades como captador de lo que se llevará luego a las empresas: la idea es que las cátedras reparten los recursos en función de los rendimientos obtenidos, sometiendo a la universidad española a un examen que la compare con las mejores prácticas internacionales y ampliando las oportunidades para los investigadores cualificados.
La OCDE insiste en que desaparezcan las barreras legales que existen al crecimiento del tamaño de las empresas, que se refuerce la Ley de Unidad de Mercado y que liberalicen los servicios profesionales, cuya reforma se ha aplazado sin perspectivas de que se vuelva a aplicar.