24/07/2019 TRANSPORTE XXI
Renfe Mercancías está afianzando más negocio en el puerto de Valencia en su apuesta por el mercado intermodal y el nicho del contenedor marítimo al haber situado un cuarto tren diario con el mercado de Madrid.
Operaciones de un tren de Renfe Mercancías en la terminal de TCV en el puerto de Valencia.
Abelardo Carrillo, presidente de Renfe Mercancías, ha explicado a TRANSPORTE XXI que “estamos razonablemente satisfechos con la evolución del servicio”, un corredor que la empresa pública ha puesto bajo ‘atención prioritaria’ tras años en los que los operadores privados de tracción vinieron ganando una enorme cuota de mercado generando más del 60 por ciento de las circulaciones.
Renfe Mercancías inició el pasado mes de febrero un nuevo esquema ferroviario entre Valencia y Madrid pasando de 18 circulaciones semanales en ambos sentidos a un total de 30 convoyes, que ahora han evolucionado hasta un máximo de 40 enlaces semanales.
El servicio ferroviario, con slotsabiertos a los operadores, permite enlazar tráficos entre las terminales de Silla, Fuente de San Luis y las del puerto de Valencia con las madrileñas de Abroñigal y Coslada con un tránsito de 6 horas.
Los trenes permiten el envío de entre 25 y 30 contenedores de 40 pies (71 TEUs) por convoy. La oferta de Renfe supone poner en el mercado un flujo de 11.000 TEUs mensuales, entre origen y destino.
En este sentido, Abelardo Carrillo se ha mostrado satisfecho con los niveles de ocupación de los trenes Valencia-Madrid, “con un promedio del 80 por ciento”.
Cambio de estrategia
Cambio de estrategia Mercancías decidió en febrero de 2016 eliminar por su escasa rentabilidad los dos trenes multiclientes de 100 TEUs de capacidad que comercializaba en el corredor Valencia-Madrid.
La empresa pública recogió en febrero de 2019 la petición formulada por el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, en una entrevista en TRANSPORTE XXI, de incrementar la apuesta de sus servicios ferroviarios por el enclave.
El servicio Valencia-Madrid está traccionado por locomotoras eléctricas de la serie 253, lo que permite a Renfe una alta fiabilidad y una velocidad de servicio de 120 kilómetros, adecuando el tiempo de tránsito entre terminales en un plazo de seis horas.