Maersk choca contra el muro de la estiba en España

15/11/2019 TRANSPORTE XXI

El plan de competitividad del gigante Maersk Line ante el nuevo escenario que empieza a dibujarse en el Estrecho de Gibraltar choca de frente contra el muro de la estiba en los puertos españoles. La mayor naviera de contenedores del mundo insiste en la necesidad de rebajar un 20 por ciento el coste por movimiento en Algeciras, su principal terminal en España, “en un entorno de creciente competencia”.

Un reto “difícil de alcanzar en el corto plazo”, según reconocen fuentes próximas a la multinacional danesa, lo que ha llevado a la filial del grupo, APM Terminals Algeciras, a anunciar, a través de un escueto comunicado, una reducción de tráficos del 30 por ciento en 2020, de acuerdo a las previsiones manejadas por Maersk. Es decir, alrededor de 700.000 movimientos menos, lo que supone un millón de TEUs.

La estibadora, que no ha especificado los servicios afectados, por lo que aún es pronto para valorar en qué se traduce esta pérdida de contenedores, ha trasladado estas cifras al Centro Portuario de Empleo de Algeciras para que elabore su presupuesto del próximo ejercicio.

El golpe en la mesa de Maersk, en plenas negociaciones del V Acuerdo Marco de la estiba, ha retumbado en las terminales portuarias del entorno, que mantienen las alarmas encendidas por las repercusiones que puede tener una decisión de este calado.

Y es que, como ya adelantó este periódico en su edición del pasado 15 de julio, el inicio de operaciones de la nueva terminal robotizada de la naviera danesa en la ampliación del puerto marroquí de Tánger-Med, en la otra orilla del Estrecho, provocará un reposicionamiento gradual de los contenedores en el tablero del Mediterráneo.

Una firme apuesta por la automatización, en línea con la tendencia del sector para reducir costes y mejorar la competitividad, que “obligará a los portuarios a replantearse su futuro”, advirtieron fuentes empresariales consultadas por este periódico. Hay que tener presente que la diferencia de costes a la hora de manipular un contenedor en una u otra terminal es del 48 por ciento, cerca de 99 euros en Algeciras frente a los 52 en Tánger-Med, “una diferencia abismal”, según la danesa.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Algeciras, Gerardo Landaluce, tampoco ocultó su preocupación. “Es una llamada de atención seria”, aseguró a TRANSPORTE XXI. “Esta industria tiene que ser competitiva y es lo que está pidiendo”, añadió. Una ecuación en la que también incorpora los accesos ferroviarios, en clara alusión a la escasez de inversiones realizadas en la línea Algeciras-Bobadilla, kilómetro 0 de los corredores Atlántico y Mediterráneo. “Todo lo que no sea disponer de un ferrocarril atractivo nos lastra la competitividad”. Al final, puntualizó, “se trata de hacer atractivo un puerto. Es un paquete completo”.

Pese a los negros nubarrones en el horizonte, Landaluce opta por “mantener la serenidad y prudencia”, tras hacer un llamamiento al diálogo para “encauzar de la mejor manera posible la situación”.

La decisión de Maersk ha caído como un jarro de agua fría en el Centro Portuario de Empleo del puerto andaluz, con una plantilla de 1.830 estibadores, más otros 480 eventuales dentro de la bolsa gestionada por Adecco. No hay que olvidar que APM Terminals Algeciras, junto con el resto de las estibadoras de la dársena, firmó un acuerdo para la mejora de la competitividad con el sindicato Coordinadora, mayoritario en el sector.

Este pacto, que debería ser el germen de un futuro convenio colectivo que sustituiría al vencido en diciembre de 2017, comprometía a ambas partes a mantener un periodo de paz social a cambio de mejoras organizativas y competitivas. Este periódico se hizo eco del mismo en su edición del 1 de marzo de 2018. El acuerdo recogía el compromiso de APM Terminals Algeciras para mover 2,2 millones de contenedores, un tráfico mínimo garantizado hasta 2027. Con un volumen menor, la estibadora estaría obligada a pagar indemnizaciones. Como contrapartida, los portuarios congelaban sus salarios durante los tres primeros años del convenio (10 por ciento de reducción) y se suprimían dos estibadores por mano (apuntador y peón) en un plazo de 18 meses. Además, se elevaba de 79 a 83 contenedores el rango para tener plus de productividad.

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