07/08/2020 EL CORREO
No habrá huelga de estibadores mañana en el Puerto de Bilbao. A falta de que se pronuncie UGT, la mayoría de sindicatos que integran el comité ha decidido desconvocar la protesta que se extendía durante 21 días en horas alternas hasta el 28 de agosto, según ha confirmado su presidente, Alberto Dañobeitia, perteneciente a Coordinadora, la central con mayor representación. Todavía no hay acuerdo, pero se ha optado por dar ese margen para seguir negociando. Desde diversos ámbitos se había advertido de que una huelga en los muelles en estos momentos sería muy lesiva.
Las negociaciones giran en torno a la exigencia de los sindicatos de que una parte de los trabajadores de la ETT pasen a ser fijos y se sumen a la plantilla para acabar así con el exceso de jornadas. El jueves presentaron una oferta en este sentido que se sigue debatiendo. El lunes habrá otra reunión. Las empresas insisten en que la escasez de personal que alegan se debe a restricciones que ellos mismos imponen para controlar el mercado y que deben aceptar la liberalización impuesta por la ley. Entre otras cosas, apuestan por dar más cancha a la ETT para que este colectivo pueda trabajar también las noches, los fines de semanas y festivos y no solo como peones.
En el Puerto de Bilbao se contabilizan en la actualidad 320 estibadores ‘fijos’ en la sociedad común BilboEstiba. Las empresas estibadoras –la china Cosco que compró Noatum, Toro y Betolaza, Bergé y S.L.P– deben recurrir a esta plataforma cada día sobre la que, según ellas, se ejerce un férreo control sindical. Aparte, hay un centenar de trabajadores en una ETT, pero con un papel hasta ahora limitado.
Todo el esquema de funcionamiento está en revisión porque hay que negociar el convenio del Puerto de Bilbao, vencido en 2019, y adaptarlo a la nueva normativa liberalizadora. Es una pelea que se debe abordar en cada puerto, por mucho que en 2017, tras la dura huelga de los estibadores, la patronal Anesco llegase a un pacto a nivel nacional para poner fin al paro a cambio de acotar los efectos de la liberalización. Ocurre, además, que el acuerdo laboral marco en el que se apoyaba ha sido duramente cuestionado por Competencia.
Las empresas exigen cambios en el Puerto de Bilbao y hace un par de semanas empezaron por contratar a personal de la ETT para los fines de semana. Rompían así con un pacto de 1995 que establecía que este colectivo solo puede hacer tareas de peón y de lunes a viernes, en turno de día. Pero las compañías consideran que ese acuerdo es contrario a la nueva normativa, es decir, ilegal.
Los sindicatos dicen aceptarlo, pero insisten en que las empresas deben cumplir primero lo contemplado en el convenio sobre incorporar más personal fijo cuando la plantilla está sobrecargada. Se conforman con pasar de la ETT a BilboEstiba una pequeña parte y que luego, conforme haya jubilaciones, se sumen más. «Muchos llevan 12 años o más con contratos de un día. Necesitan estabilidad», apuntan. Pero las empresas temen aumentar una estructura de costes con unos salarios que alcanzan de media los 70.000 euros por los pluses. Exigen mucha más flexibilidad.
