Bruselas presenta su estrategia sobre el hidrógeno aplicado al transporte

27/10/2020 CdS

Para alcanzar el ambicioso objetivo de ser “climáticamente neutros” en 2050, la Comisión Europea se ha fijado el objetivo de transformar el sistema energético europeo, responsable del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las estrategias de la UE para la integración del sistema energético y el hidrógeno, deben facilitar el camino hacia un sector energético más eficiente e interconectado, impulsado por el doble objetivo de un planeta más limpio y una economía más fuerte.

En este contexto, la Comisión Europea ha establecido la ‘Alianza Europea de Hidrógeno Limpio’ que junto con el paquete de recuperación «Next Generation EU» de la Comisión y el Pacto Verde Europeo presentan una nueva agenda de inversión en energías limpias, para estimular la recuperación económica tras la crisis del coronavirus.

En el ámbito del transporte de mercancías, esta estrategia también se ve como una solución a largo plazo para el transporte de mercancías por carretera de larga distancia, donde las actuales soluciones basadas en la electrificación de la flota no ofrecen de momento respuesta a las necesidades de los operadores.

La integración del sistema energético en la UE

De acuerdo con las directrices de la Comisión, la estrategia de la Unión Europea sobre la integración del sistema energético deberá ofrecer el marco para la transición a una energía limpia. Con el actual modelo, en el que el consumo de energía atiende a las necesidades de los diferentes sectores de actividad, que se comportan como “compartimentos separados”, con cadenas de valor, normas, infraestructuras, planificación y operaciones independientes, no será posible alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050 de manera rentable.

La Comisión plantea una integración del sistema energético que implique una planificación y una gestión en su conjunto, vinculando las necesidades particulares de cada sector energético, con el fin de alcanzar una mayor eficiencia, además de una reducción de los costes. Esta estrategia se basa en tres pilares principales.

En primer lugar, un sistema energético más «circular», centrado en la eficiencia energética. En segundo lugar, en una mayor electrificación directa de los sectores de uso final. Y por último y para aquellos sectores en los que la electrificación resulta difícil, la estrategia promueve combustibles limpios, incluidos el hidrógeno renovable y los biocarburantes y el biogás sostenibles.

“El hidrógeno puede proporcionar energía a sectores que no son adecuados para la electrificación, como el transporte de mercancías”.

A tal efecto, la Comisión propondrá un nuevo sistema de clasificación y certificación para los combustibles renovables y con bajas emisiones de carbono. La estrategia establece 38 acciones para crear un sistema energético más integrado, entre las que se incluyen la revisión de la legislación vigente, el apoyo financiero, la investigación y el despliegue de nuevas tecnologías y herramientas digitales, las orientaciones para los Estados miembros sobre medidas fiscales y la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles, la reforma de la gobernanza del mercado y la planificación de las infraestructuras, así como una mejor información a los consumidores.

El análisis de los obstáculos existentes en estos ámbitos aportará información para propuestas concretas, por ejemplo, la revisión del Reglamento RTE-E a finales de 2020 o la revisión de la Directiva sobre fiscalidad de la energía y del marco regulador del mercado del gas en 2021.

Estrategia de la Unión Europea sobre el hidrógeno

En un sistema energético integrado, el hidrógeno puede apoyar la descarbonización de la industria, el transporte, la generación de electricidad y los edificios en Europa. La estrategia de la Unión Europea sobre el hidrógeno aborda cómo hacer realidad este potencial, a través de las inversiones, la reglamentación, la creación de mercados, la investigación y la innovación.

El hidrógeno puede proporcionar energía a sectores que no son adecuados para la electrificación, como el transporte de mercancías, y proporcionar almacenamiento para equilibrar las variaciones de los flujos de las energías renovables, pero esto solo puede lograrse mediante una acción coordinada entre los sectores público y privado a escala comunitaria.

La prioridad consiste en desarrollar el hidrógeno renovable, producido utilizando principalmente energía eólica y solar. Sin embargo, a corto y medio plazo se necesitan otras formas de hidrógeno bajo en carbono para reducir las emisiones y apoyar el desarrollo de un mercado viable.

Enfoque en tres fases

Esta transición gradual requerirá un enfoque por fases. Una primera de 2020 a 2024 para apoyar la instalación de, al menos, seis gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable en la Unión Europea y la producción de hasta 1.000.000 de toneladas de hidrógeno renovable.

Una segunda fase hasta 2030 en la que el hidrógeno se convierta en una parte intrínseca del sistema energético integrado con, al menos, 40 gigavatios de electrolizadores de hidrógeno renovable y la producción de hasta 10.000.000 de toneladas de hidrógeno renovable en la Unión Europea.

Y una tercera fase que llegará hasta 2050, en la que se espera que las tecnologías del hidrógeno renovable alcancen la madurez y se desplieguen a gran escala en todos los sectores de difícil descarbonización.

Para centrar el apoyo en las tecnologías más limpias disponibles, la Comisión procurará introducir normas, terminología y certificación comunes, tomando como base las emisiones de carbono a lo largo del ciclo de vida y la legislación vigente en materia de clima y energía.

Para ello, Bruselas propondrá medidas estratégicas y reglamentarias para crear seguridad para los inversores, facilitar la adopción del hidrógeno, promover las infraestructuras y las redes logísticas necesarias, adaptar los instrumentos de planificación de infraestructuras y apoyar las inversiones, en particular, a través del plan de recuperación “Next Generation EU”.

La Comisión Europea ha decidido que el futuro del transporte está a largo plazo en el hidrógeno, por lo que es importante prestar atención a las iniciativas y normativas que la Unión Europea vaya adoptado en este tema, porque irán dando forma al futuro de la energía y, por tanto, de la economía en la Unión Europea.

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